En los últimos cinco años el concepto de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) ha ido adquiriendo una relevancia prioritaria para la producción agrícola. El mayor énfasis de las BPA se ha centrado inicialmente en aspectos de inocuidad y sanidad de los alimentos, y en aspectos laborales y ambientales, en los cuales existen una serie de criterios generales, en la mayoría de los casos establecidos por lógica, que deben aplicarse a cada instancia del proceso productivo.