Investigación de Juliana Vianna en la Antartica
Genética de poblaciones, filogeografía y adaptación de pingüinos, tema principal de una investigación que la profesora Juliana Vianna, del Departamento de Ecosistema y Medio Ambiente comenzó a ejecutar hace cinco años y que se centra en el continente antártico y que cuenta con apoyo del Instituto Antártico Chileno y del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).
Su trabajo se focaliza en tres especies del género pygoscelis -los pingüinos Papúa, Barbijo y Adelia, pero sin dejar de lado lo que ocurre con pingüinos de otras latitudes.
Su análisis aborda aspectos como la capacidad de adaptación de los pingüinos a los cambios climáticos, considerando que éstos se manifiestan con más fuerza en la Antártica. Es ahí donde, por ejemplo, compara esta capacidad adaptativa entre una especie más representativa de zonas de hielo, como el pingüino Adelia, hasta otras que se instalan en áreas más tropicales, como el pingüino de Galápagos. Al compotente de adaptación le suma otros como la eventual extinción o la migración.
Los análisis demuestran que el sector oeste de la Península Antártica es el más afectado por el cambio climático del continente blanco. Esto ha significado que la mayoría de los estudios y muestreos se hayan concentrado en esa zona. A eso se suma que la mayoría de las bases chilenas se encuentran en esa zona, lo que favorece el apoyo logístico. Ahí también juega a favor de la investigación la ayuda de colaboraciones internacionales, como unos investigadores de Francia, Brasil, España, Noruega, Reino Unido, Australia y República Checa que recolectaron muestras en la península y de islas Sub-antárticas y que las compartieron con el equipo de trabajo de Juliana.
El tema de los pingüinos es efectivamente interesante y genera una serie de interrogantes sobre su situación. Como dato general, comenta que hay 18 especies de pingüinos y, de ellos, 15 especies tienen algún grado de vulnerabilidad. Los que están en peor condición son los de Galápagos.
Durante su reciente estadía en la Antártica, Juliana recorrió varios sectores en los que realizó una serie de muestreos. Desde su base de operaciones, que fue la base científica Profesor Julio Escudero del Inach, pudo trasladarse a distintos lugares. Y en ese proceso también contó con el apoyo internacional que menciona. Fue, por ejemplo, a la base coreana -ubicada en isla Rey Jorge- donde le apoyaron en términos logísticos para sus mediciones.
Juliana recalca que los pingüinos y la Antártica en general seguirán siendo tema de interés científico por los efectos del cambio climático, fenómeno que es muy intenso en ese continente. El agujero en la capa de ozono está sobre la Antártica y se mueve y se posa sobre Chile con alta radiación. Pero imagina a esos animales que están recibiendo esa alta radiación y además efectos del cambio climático. Por otro lado, es un ambiente que todavía no tiene tanto impacto humano directo.