Cada día los exportadores chilenos enfrentan nuevos desafíos debido al creciente interés de los países desarrollados por la calidad del medio ambiente y la seguridad en los alimentos consumidos. Esto ha provocado la instauración de nuevas y mayores exigencias para quienes desean exportar a esos mercados, que no solo deben demostrar la inocuidad de sus productos, sino también que realizan sus manejos productivos minimizando el impacto negativo sobre el medio ambiente.