La fruticultura chilena sufre mas bien de excesos de N que de déficit, o tal vez de deficit de carbohidratos, que impiden una adecuada asimilación del N, lo que acarrea un sin número de desórdenes fisiológicos en las plantas.
La estrategia podría ser mejorar los aportes de cadenas carbonados a través de la fotosíntesis, para así aumentar las reservas en las plantas.