Hace unos pocos días el Congreso chileno aprobó el Tratado de Libre Comercio con los
Estados Unidos, cumpliéndose así el último trámite pendiente en esta negociación. Con
ello las normas contenidas en el Acuerdo se empiezan a aplicar a partir del 1 de Enero
próximo.
Si bien se han propuesto diversas razones para explicar la ubicación y movimiento de los individuos en el espacio, la más obvia y menos objetada es su relación con la ubicación de las actividades económicas. Estas, a su vez, se ubican en lugares que favorecen los procesos extractivos, productivos o de comercialización; de esta forma, las actividades económicas que utilizan recursos naturales tienden a ubicarse donde éstos se encuentran.
Cada día los exportadores chilenos enfrentan nuevos desafíos debido al creciente interés de los países desarrollados por la calidad del medio ambiente y la seguridad en los alimentos consumidos. Esto ha provocado la instauración de nuevas y mayores exigencias para quienes desean exportar a esos mercados, que no solo deben demostrar la inocuidad de sus productos, sino también que realizan sus manejos productivos minimizando el impacto negativo sobre el medio ambiente.
La fuerte orientación exportadora de las empresas forestales chilenas ha hecho que éstas, con el fin de maximizar sus beneficios, busquen una mayor eficiencia en los procesos productivos optimizando el uso de sus recursos. A lo anterior, se agrega que deben sobreponerse a la limitante climática para lograr un abastecimiento de madera a los distintos mercados en forma continua.
A partir de la temporada 1994-95, la presencia de oídio del pimiento, causado por el hongo Leveillula taurica (Lév) Arn., se ha ido transformando en un problema creciente, para los productores de este cultivo. La presencia de esta enfermedad sobre cultivos de pimieto al aire libre, tanto para páprika como para fresco, ha sido observada desde Ovalle (IV Región) hasta Rancagua (VI Región), presentándose como epifitia en las zonas de La Serena (IV Región), Salamanca y Catemu (V Región), Colina y Padre Hurtado (Región Metropolitana), donde ha causado problemas graves de desfoliación de plantas.
El escaldado superficial es un desorden fisiológico que afecta principalmente a manzanas y peras, aunque aparece también descrito en otros frutos, como membrillo. Los síntomas del
daño se inician con un bronceamiento que deriva en tonos pardos, con bordes bien definidos, pudiendo comprometer la totalidad de la superficie de la fruta. El daño difícilmente se extiende
hacia la pulpa y, cuando ocurre, es atribuido a senescencia, configurando un problema diferente bajo otro sistema de control y que se engloba bajo la terminología de escaldado senescente.