La conservación de la calidad de un producto vegetal, lograda con las diferentes prácticas de producción, es uno de los principales objetivos técnicos que deben enfrentar las empresas dedicadas a la comercialización de frutas y vegetales. Este objetivo resulta más difícil cuando los plazos entre cosecha y comercialización son mayores, situación tradicional en el caso de la exportación de la fruta chilena.