Desde mi infancia me interesó conocer la naturaleza y su funcionamiento, por lo que entré a estudiar Agronomía y escogí la mención de fruticultura. Trabajé algunos años media jornada compatibilizando lo laboral con lo familiar en la etapa de crianza de mis hijos. Luego llegué de vuelta a la facultad a integrarme al equipo de pregrado. Nunca pensé que viviría en Santiago ni que estaría en una oficina durante gran parte del día, pero la oportunidad de trabajar con equipos de académicos y estudiantes, y aportar en la formación de calidad de los futuros agrónomos y forestales, me sedujo por completo.