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El pingüino papúa se expandió hace millones de años gracias a la corriente antártica, según estudio que contó con la participación de la profesora Juliana Vianna

web pinguinoEl pingüino papúa es una especie que apareció en la Antártida hace 3,7 millones de años y se expandió siguiendo la Corriente Antártica, la cual rodea el continente helado girando en el sentido de las agujas del reloj de oeste a este y separa las aguas frías de esas latitudes de las más templadas situadas más al norte.

Esta especie de ave ('Pygoscelis papua,') originaria del archipiélago de Crozet, está siendo estudiada por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Pontificia Universidad Católica de Chile, junto a otras instituciones de Chile, Brasil y Francia. En estos estudios se ha confirmado que la expansión de las colonias de los pingüinos papúa se produjo siguiendo la Corriente Antártica.

Considerando las diferencias genéticas, los investigadores establecieron la antigüedad de cada uno de los núcleos de población estudiada, y de esta forma el orden de colonización de las islas sub-antárticas.

En un artículo publicado en la revista 'Molecular Phylogenetics and Evolution', los científicos explicaron que esta especie de pingüino se trasladó del archipiélago de Crozet al de Kerguelen, donde llegaron hace 2,3 millones de años aproximadamente, y luego al archipiélago de las Malvinas y a la Península Antártica hace alrededor de 1,2 millones de años, cuando terminó el proceso de colonización.

Junto al frente polar, la Corriente Antártica crea una zona donde cambian la temperatura y la salinidad del agua formando una barrera natural para la distribución de especies. "Al comprobar el orden de colonización de las diferentes poblaciones, hemos podido ver que los pingüinos han seguido esa corriente a la hora de colonizar nuevos territorios porque no han llegado a la península antártica siguiendo el camino más corto y directo", explica Andrés Barbosa, investigador del MNCN-CSIC.

Por su parte, Juliana Vianna, profesora de nuestra Facultad, señala que "todavía hay material que estudiar, pero los datos que hemos recopilado indican que las relaciones evolutivas o filogenia de la especie sugieren que en lugar de las dos subespecies que se reconocen hasta ahora, puede que tengamos que comenzar a pensar en por lo menos cuatro subespecies o quizás especies diferenciadas".

FUENTE: ECODIARIO, SERVIMEDIA

En la ciudad Huelva de España se cultiva en exclusiva frambuesas creadas por investigadores de nuestra Facultad y el Consorcio Tecnológico de la Fruta.

frambuesas chilena finalLa empresa onubense Masiá Ciscar, especializada en la producción y comercialización de fresas, berries, cítricos y fruta de hueso, cultiva en exclusiva tres variedades nuevas de frambuesa desarrolladas por el programa de mejoramiento genético del Consorcio Tecnológico de la Fruta de Chile en colaboración con nuestra Facultad, La profesora del Depto. de Fruticultura y Enología, Marina Gambardella, lidera el equipo de investigadores.

La empresa andaluza firmó el año pasado un acuerdo de colaboración con el Consorcio chileno por el que se convirtió en licenciataria de estas tres nuevas variedades llamadas Santa Teresa, Santa Catalina y Santa Clara, dando acceso a Masiá Ciscar a multiplicar, propagar y vender estas nuevas semillas de frambuesas chilenas en los mercados de España y Portugal.

Desde el año pasado, Masiá Ciscar viene testando estas variedades de frambuesa con la puesta en marcha de un campo de ensayo en Huelva, manejando diferentes épocas de plantación y comparándolas con el cultivo de las frambuesas más extendidas en la provincia onubense. Los resultados han sido «de lo más positivo» pues, según declara Enrique Masiá, gerente de Masiá Ciscar, «reportan buena productividad, buen calibre, dulzor y calidad, por lo que se sitúan a la altura de las variedades que son referencia en el sector».

Del ensayo agronómico, la frambuesa Santa Catalina es la que obtiene mejor nota, destacando de esta variedad «que la podemos hacer trabajar todo el año y obtener dos cosechas», subraya el gerente. Cuenta, además, con «un fuerte carácter remontante, obteniendo muy buen rendimiento en campo». De hecho, «las producciones de mayo, junio, julio y agosto han superado el kilo y medio por planta. La respuesta a la poda de invierno ha sido positiva, y actualmente se observa un potencial productivo muy interesante para la primavera», explica Enrique Masiá.

Respecto a la variedad Santa Clara, «es más sensible a la parada invernal», por lo que «no es la más acertada para plantar en agosto», pese a que la producción de la primera cosecha «ha superado también el kilo y medio de fruta por planta», apunta el gerente.

Por último, la frambuesa Santa Teresa, «resulta ser también muy productiva y moderadamente remontante, pero vamos a volver a ensayar esta variedad para evaluar mejor su adaptación», señala el empresario.

Para la campaña 2017-2018 Masiá Ciscar pretende cultivar unas 19 hectáreas de estas nuevas variedades, «siempre y cuando nos dé tiempo a conseguir el material suficiente, y para ello estamos trabajando directamente con viveros chilenos y de la mano del Consorcio», adelantó el directivo.

Fuente: ABC de Sevilla

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