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Grupo de científicos internacionales advierte sobre los efectos devastadores de la radiación nuclear en los ecosistemas

Imagen con fines ilustrativos de desechos radioactivosEn un paper publicado en la revista científica Frontiers, diez especialistas —entre ellos Cristián Bonacic, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC— hacen un llamado a las autoridades ante las amenazas a los ecosistemas que representa el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. "Cualquier liberación de radiación nuclear -incluidas las fugas accidentales- sería perjudicial para toda la vida en la Tierra, concluyen".

El presidente ruso Vladimir Putin ha amenazado con el uso de armas nucleares "tácticas" en la guerra de Ucrania, pero las armas nucleares de cualquier tipo causarían una devastación generalizada, según un nuevo documento de posición elaborado por un grupo de científicos de renombre de todo el mundo. Su objetivo es sensibilizar a los responsables políticos y al público en general sobre el impacto de la radiación nuclear en los ecosistemas y sus consecuencias a largo plazo.

Los autores son miembros de la Red Internacional de Biodiversidad, una organización de expertos mundialmente reconocidos en biodiversidad, cambio climático, salud de los ecosistemas y servicios ecosistémicos, cuyo autor principal es Cristian Bonacic, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la UC.

Cualquier liberación de radiación nuclear -incluidas las fugas accidentales- sería perjudicial para toda la vida en la Tierra, concluyen los autores representantes de 10 países.

"Incluso una 'guerra nuclear táctica' podría alterar toda la vida en el planeta Tierra", afirma Cristian Bonacic, autor principal y profesor de Ecosistemas y Medio Ambiente en la Pontificia Universidad Católica de Chile. "La producción de alimentos y los efectos en cadena con los movimientos migratorios serían de una escala nunca antes vista, poniendo fin a la actual era del Antropoceno. Como científicos, queremos llamar la atención de todos los tomadores de decisiones sobre los riesgos asociados a la radiación."

La radiación no se queda donde se libera y desencadena efectos en cascada a medida que se propaga por el aire y el agua. La contaminación puede durar cientos o incluso miles de años y podría alterar el funcionamiento de la biósfera.

Los altos niveles de radiación causan muertes y enfermedades y podrían provocar la extinción de animales y plantas locales que ya están en peligro. Algunos ecosistemas podrían verse empujados más allá de sus límites de mitigación o adaptación, advierten los científicos.

"Tenemos que tener mucho cuidado con lo que va a ocurrir con nuestros ecosistemas y los servicios ecosistémicos que proporcionan necesidades básicas y esenciales para la vida humana", afirma por su parte Alonso Aguirre, decano de la escuela de Recursos Naturales la Colorado State University. "Una guerra nuclear traspasaría estos límites más allá de lo que el planeta puede soportar".

Las fugas radiactivas accidentales han causado grandes impactos ambientales. Tras la explosión del reactor nuclear de Chernóbil en 1986, se encontró polvo radiactivo en casi toda Europa. En las costas de California se han capturado peces con altos niveles de radiación desde que la catástrofe nuclear de Fukushima vertió material radiactivo en el océano Pacífico en 2011.

El documento afirma que el bombardeo de la central nuclear de Zaporizhzhia, en Ucrania, representa un riesgo especial de fuga radiactiva.

Los autores advierten de que una explosión nuclear causaría hambre generalizada al alterar la red alimentaria mundial; aire, agua y suelo tóxicos; destrucción del hábitat; y muerte. Instan a todos los científicos a denunciar los peligros de la radiación nuclear para preservar la humanidad y los ecosistemas.

Fuente: Colorado State University.

Nuevo Parque Educativo busca poner en valor al característico bosque esclerófilo de la zona central de Chile

El proyecto financiado por el programa Ciencia Pública convertirá un predio de 80 hectáreas en San Carlos de Apoquindo, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile, en un parque educativo y experiencial, que pondrá en valor el bosque esclerófilo con el objetivo de concientizar para su conservación.

El bosque esclerófilo se encuentra solo en cinco lugares del mundo y nuestro país tiene el privilegio de ser uno de éstos, junto a Sudáfrica, California, Australia y la cuenca del Mediterráneo.

Al ser un país que cuenta con ricos ecosistemas y biodiversidad, es muy importante reconocer este valor y trabajar por su protección. Así surge la idea de crear el Parque Educativo Interpretativo para la Valoración del Bosque Esclerófilo de Chile Central, que recientemente fue seleccionado por el Concurso Nacional Ciencia Pública de Espacios Públicos Regionales del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

La iniciativa tiene una duración de 15 meses y se espera que las experiencias que allí se diseñarán permitan una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo.

"Poner en valor la experiencia como herramienta para la comprensión de los componentes y procesos que subyacen a los sistemas naturales ofrece oportunidades únicas y significativas para la vinculación efectiva entre la persona y su entorno", explica Pablo Becerra, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal y director general del proyecto.

Bosque esclerófilo en crisis

Actualmente, los procesos históricos de explotación y amenazas antrópicas como el cambio de uso de suelo y los incendios forestales han causado un profundo daño a la composición y funcionamiento del bosque, así como a los servicios ecosistémicos que nos otorga. A esto se suman los efectos de más de una década de mega sequía en la zona central, que ha profundizado la vulnerabilidad de este ecosistema.

Por lo tanto, "la recuperación del bosque esclerófilo es una tarea de largo aliento que requiere de la contribución de toda la comunidad. Sin embargo, el acceso a la montaña es limitado, lo que ha profundizado la desconexión entre el humano y el bosque. Es por ello que la creación de espacios educativos y de interacción son vitales para el reencuentro con este ecosistema, el reconocimiento de sus amenazas actuales y el desarrollo de actitudes que contribuyan a su recuperación", explica Francisca Boher Elton, coordinadora general de la iniciativa.

Actividades y aprendizaje en la precordillera de Santiago

El parque educativo interpretativo estará ubicado en un sitio de 80 ha en San Carlos de Apoquindo, propiedad de la Pontificia Universidad Católica, en una zona urbana accesible al público a través de vehículo y transporte público. Su administración estará a cargo Asociación Parque Cordillera (APC), institución asociada en esta propuesta, quienes administran una red de parques en la precordillera de Santiago.

Los recorridos educativos están estructurados en tres etapas: Un tesoro a cada paso: componentes, relaciones y valores del bosque esclerófilo; La crisis del bosque esclerófilo: amenazas actuales y su efecto sobre el bosque; y ¡Manos a la obra!: Principios y tecnología para rehabilitar el bosque esclerófilo.

El parque representa una transición entre la ciudad y el medio natural y considera este trayecto progresivo como parte de su fundamento conceptual. El enfoque del recorrido interpretativo propuesto evoca sensibilidades y despierta cuestionamientos en el visitante.

Esto se traduce en un recorrido de 8 soportes diversos en del centro de visitantes con un recorrido circular, que trata estos temas fundamentales para la valoración y protección del bosque esclerófilo. Contempla, además, un diseño inclusivo: los contenidos didácticos y visuales son presentados combinando exhibición escrita complementado con braille, audioguías y videos en lenguajes de señas.

"Una vez finalizado, esperamos que la experiencia permita una integración de conocimiento en las comunidades que se refleje en un cambio de actitudes y motivaciones para enfrentar la crisis del bosque esclerófilo", explica Becerra. "Este parque recoge los valores y desafíos que enfrenta el BE, los que están claramente representados en el territorio, constituyéndose como un excelente modelo para desarrollar un espacio público que permita recibir al visitante, informar, sensibilizar y movilizar a la acción", finaliza el director del proyecto.

Esta iniciativa fue presentado por la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal UC, el Centro de Ecología Aplicada y Sostenibilidad (CAPES UC) y tiene como instituciones asociadas al Parque Cordillera, la Municipalidad de Las Condes, la Corporación Educacional de Las Condes, CAC Las Condes, la Fundación Araucanía Inclusiva y la Fundación Luz.

 

Algunos datos sobre el bosque esclerófilo de la zona central de Chile

  1. Forma parte del ecosistema mediterráneo que cubre un 5% de la superficie de la tierra, pero aloja cerca del 20% de las especies vegetales, muchas endémicas (Myers et al 2000).
  2. Su distribución coincide con las áreas más pobladas del país, por lo que ha estado sujeto a fuertes presiones. El cambio de uso de suelo, los incendios, la introducción de especies invasoras y el cambio climático, han causado la reducción y fragmentación del BE (Fischer & Lindermayer 2007).
  3. Actualmente está sujeto a los efectos de más de una década de sequía, que ha causado un evento masivo de desecación en las especies leñosas que implica un daño a su estructura, funcionamiento, además de impactar negativamente en los beneficios ecosistémicos que recibimos de él, como el control de la erosión, purificación del aire, infiltración del agua, polinización, refugio para mamíferos y aves, entre otros (Alvarez-Codoceo et al 2021)
  4. El gran valor ecológico del BE, y el gran riesgo de desaparición motivó su clasificación como un hotspot de biodiversidad (Myers et al 2000).
  5. Su estado presenta una doble urgencia; por una parte, diseñar estrategias para su restauración; y por otra, prevenir las actividades que profundizan su estado actual, por lo que es fundamental la integración efectiva de la comunidad en iniciativas que contribuyan a la valoración y protección de este ecosistema.

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